Viaje a Namibia: Los Himbas
Llegamos
a un poblado himba, donde siguiendo el protocolo, después del recibimiento por
parte del jefe de la tribu y de ofrecerles algunos regalos, comenzamos nuestra
visita.

Ellas
guapas y orgullosas, adornadas con collares y brazaletes en brazos y piernas y
tapadas lo justo con un taparrabos, continúan con sus tareas cotidianas. Algunas
nos observan tímidamente y otras no nos prestan demasiada atención. Entramos en
una de las cabañas donde una joven himba, quema en un recipiente sobre ascuas,
unas hojas aromáticas que desprenden un dulce olor a humo, con el que
cada día se perfuman sus partes íntimas, evitando así los malos olores. A pesar
de lo reducido del espacio y del origen de las pertenencias que allí se
encontraban, como pieles y otros utensilios que hacían presuponer un fuerte
olor, fue agradable comprobar los efectos de ese milagroso humo. Tras conocer
más sobre sus costumbres, un grupo de mujeres en un improvisado círculo nos
ofrece su bonita artesanía, collares, pulseras, cuencos…., con la llegada del
turismo, su venta les ayuda en su economía.
Ha
sido interesante conocerlos, mejor dicho conocerlas, pero me voy con una
inquietante sensación, porque también me han contado que con la llegada del
turismo algunos Himbas se han perdido, cambiando sus tradiciones por el alcohol
y la mendicidad. Por eso tenemos que ser cuidadosos y respetar sus formas y sus
espacios, debemos ser meros observadores, cuando visitamos museos, iglesias o
cualquier monumento, nuestra intención no es cambiar nada, solo conocer y
observar, con los pueblos además tenemos obligaciones de comportamiento porqué
son personas y el respeto debe de estar por encima de cualquier tipo de
turismo.
Dicho
esto, sin duda son una de las tribus más auténticas y más bellas de África y os
animo a conocerlos.
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