SUDÁN. LA TIERRA DE LOS FARAONES NEGROS
Reino de Kerman: Kush
El Reino de Kerma, fue una civilización
nubia que surgió a fines del IV milenio antes de Cristo, y dominará la Alta
Nubia y más al Sur, durante casi mil años. Los
textos egipcios se refieren a ella como Kush.
Kerma debe su nombre a la ciudad moderna
situada al sur de la III Catarata, en la orilla oriental del río Nilo, donde se
encuentran los restos más importantes de esta civilización: la capital del
reino y su necrópolis oriental. Dos sitios imponentes, que abarcan entre
2500 y 1500 a.C. Al sur de ella se extiende un amplio valle fértil regado por
numerosos wadis y canales del Nilo que desde la antigüedad, permitieron a la
capital del reino de Kerma gozar de una situación excepcional:
- Estaba protegida de las incursiones de los egipcios por la II y III Cataratas.
- Se desarrolla en una rica cuenca drenada por un amplio sistema fluvial.
- Está situada en la confluencia de los caminos que unen Egipto a Nubia, al oeste, por el oasis de Libia, y al este, hacia el Mar Rojo, controlando además las minas de oro alrededor de la III y IV cataratas del río Nilo y que explotaron a cielo abierto de una excepcional calidad.
- Disponía de los productos comerciales clave traídos por las caravanas procedentes de Darfur y Kordofan (suroeste) y Punt (sureste). Con lo que se convirtió en el más importante mercado de intercambio comercial entre Oriente, Egipto y el Africa ecuatorial.Todas estas ventajas confirman el poder del reino de Kerma, llamado por los antiguos egipcios probablemente Iam en época de Keops o Kush, en la de Ramsés II.
El erudito estadounidense George A. Reisner, conocido como
el padre de la arqueología sudanesa, descubrió durante sus excavaciones (1913-1916)
los restos de una cultura única. Desde entonces, muchos otros sitios
ubicados entre la primera y la quinta cataratas han brindado información
importante sobre esta cultura. No obstante, el sitio más importante sigue
siendo el de Kerma, la capital del reino, con su ciudad y su necrópolis.
En
el reino de Kerma, la escritura es desconocida. Sus habitantes prosperaron por
la ganadería (bovinos y caprinos), la explotación de recursos vegetales, así
como la caza y la pesca. El comercio (oro, piedras preciosas, marfil, perfumes,
incienso, resinas olorosas, aceites, cuero animal, ébano, ganado) también
contribuyó a la riqueza de la ciudad, debido a su ubicación en el centro de una
cuenca fértil y en el cruce de rutas desérticas que unen Egipto, el Mar Rojo y
el corazón de África.
El
periodo Kerma Clásico (1750-1480 a.C)
es el período más glorioso que el reino ha conocido. La influencia de sus
gobernantes se extiende incluso a la Baja Nubia y una alianza propuesta por un
rey de los Hyksos de la Dinastía XV contra los faraones tebanos, alrededor del
año 1580 a.C, corrobora la importancia del reino en la escena política. Se
realizan trabajos monumentales y de gran escala en la ciudad y la necrópolis.
Por otro lado, los nubios, conocidos por ser guerreros astutos y talentosos
arqueros, se preocuparon por protegerse de los ataques
enemigos. Construyeron zanjas, empalizadas y muros de cerramientos
bastante fuertes con numerosos bastiones robustos.
En
la necrópolis, los últimos túmulos reales demuestran también claramente el
poder de los reyes. La economía local se basa
en la agricultura y la ganadería, y su manifestación cultural más conocida es
la cerámica rojiza o marrón con la parte superior en negros bruñidos con
destellos metálicos, elaborada a mano con un torno y que constituye una de las
de mayor calidad del mundo antiguo.
La
ciudad real
En el tercer y segundo milenio antes de Cristo, la capital abarca unas veinte
hectáreas al este del Nilo.
Durante la antigüedad, esta metrópolis, residencia de reyes y dignatarios
vinculados a la familia real está rodeada por un recinto coronado por torres
que protegen las entradas de la ciudad. Presenta barrios
diferenciados. Los vestigios más importantes son los arcos de un palacio
clásico de Kerma, un edificio circular, probablemente una gran choza, y un gran
macizo de ladrillos sin tratar. Identificado como el templo principal de la
ciudad, es llamado Deffufa por la población local.
El
macizo: La Deffufa
La Deffufa occidental ahora se
asemeja a un templo egipcio y se establece un puerto al sur de la
ciudad. Fue un lugar sagrado de la
civilización de Kerma. Se trata de una estructura de adobe de 19 metros de alto
con unas escaleras que conducen a la cima. Este era el principal centro
religioso de Kerma. En su estructura general, hay un parecido singular con la
montaña "pura" de Jebel Barkal. No hay patio, ni sucesión de
habitaciones, ni santuario, excepto los restos de una torre. Este sólido
macizo podría reproducir el mundo chtoniano de la residencia de Amon de Djebel
Barkal. Durante las excavaciones, una cabeza de carnero fue excavada sugiriendo
un culto donde este animal era su hipóstasis. En los flancos del macizo,
podemos distinguir la ubicación de varias piezas probablemente dedicadas a
deidades secundarias. En esta área de culto, las excavaciones han
descubierto numerosos panificadores que sugieren la producción
deofrendas.
La cabaña
Centro de reuniones identificado como un palacio, hay rastros de algunas
tiendas.
El palacio
Erigido en el período clásico, probablemente albergaba una sala de audiencias, salas de estar, tiendas y grandes silos.
El colapso del reino sin
duda se ve acelerado por esta muestra ostensible de riqueza, codiciada por los
vecinos del norte, los egipcios, así como por la sobreexplotación de los suelos
y una mayor desertificación. Tras la conquista egipcia, comenzará su rápida
decadencia y posteriormente Napata junto
a la montaña de Geberl Barkal, asumirá todo el rol de santuario nacional y sede
teológica del nuevo reino Kushita (donde sus soberanos serán faraones de todo
Egipto durante la XXV Dinastía egipcia) así como mercado de las viejas y nuevas
rutas de caravanas desplazando hacia la IV Catarata todo el centro de poder,
quedando Kerma relegada a ser un destacamento militar de egipcios, kuhitas y
meroíticos. En su actual museo se conservan un conjunto de maravillosas estaturas
de estos faraones negros descubiertas recientemente en la ciudad.
José Ángel Gutierrez
Arqueólogo
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