India for ever




Me estreno en esto del blog que parece que ahora es lo que pita, no hay que perderse nada, los tiempos van deprisa y la técnica nos abre montones de posibilidades en la comunicación. No deja de ser interesante el poder relatar tus experiencias y opiniones y a la vez, poder aprender de las de los demás.
Acabo de llegar de un viaje a India, ese país especial, caracterizado por proporcionar unas sensaciones únicas y extremas, a veces difíciles de digerir y que no llegan a todo el mundo de la misma manera. Ha sido un viaje corto, pero como siempre intenso.
Es evidente el cambio desde la primera vez que visite el país, pero a pesar de ello, sigo sintiendo la misma fascinación.
Una vez mas me he sumergido en la bulliciosa ciudad de Delhi, con un endemoniado tráfico, que a menudo hace difícil el cruzar sus calles, la ausencia de semáforos y su diferente costumbre en cuanto a la dirección en que los coches circulan, hace que realmente sea una constante aventura. Hay que estar muy atentos.
La parte antigua de la ciudad, está deteriorada, pero sus callejuelas repletas de puestos y de gente, son el mejor ejemplo de diversidad.
Jaipur con su fachada del Palacio de los Vientos y ese fascinante Fuerte Amber, hacen que sea fácil imaginar tiempos pasados. Y que decir del Taj Mahal, el símbolo del amor por excelencia, tantas veces visto en innumerables reportajes, pero que me sigue deslumbrando y emocionando como la primera vez.
Mi viaje esta vez acababa en Benares, una de las ciudades santas de la India, amarga y dura, donde mucha gente llega a morir, pero en la que fascina su espiritualidad. Es imprescindible recorrer sus abarrotadas calles para poder comprender un poco más a este gran país y como no, saborear la vida que se desarrolla en las orillas de su río, el Ganges, el más sagrado,
Pero a diferencia de otras veces, la vuelta ha sido triste, la noticia de las bombas en Jaipur, hace que mi corazón se encoja, pensando que tan solo hace unos días, disfrutaba de la compañía de una amigo, a escasos 20 mts. de donde se ha producido uno de los atentados. Nada hacia presagiar que esas alegres y bulliciosas calles, se convertirían en una pesadilla.
Espero volver pronto, esas acciones no deben disuadirnos de hacerlo.
Concha.

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