Nos hemos levantado a media noche, llevábamos desde media
tarde en el saco y ha sido difícil conciliar el sueño. Hace bastante frío y el
salir del saco cuesta, los movimientos son torpes y se nota la altura. En las
otras tiendas todo el mundo se mueve, nuestro cocinero ha preparado un té que
sirve para despejarnos. Enciendo el frontal y me pongo en marcha. Cuando por
fin salgo de la tienda las luces de los frontales de mis compañeros se mueven
por doquier, los crampones crujen en la nieve endurecida. El cielo está
despejado y la presencia de las grandes montañas se hace notar. Los días
anteriores hemos ensayado todas las maniobras, como ponernos el arnés, como
usar el piolet, como sujetarnos a las cuerdas fijas… Comenzamos la ascensión a
lo que va a ser el punto culminante de nuestro trekking, vamos a cruzar el
collado de Gondogoro, ascendemos por la vertiente que da al glaciar de Baltoro
y tras alcanzar los aproximados 5.800 m de altura descenderemos al Valle de
Hushe.
La ruta asciende pausadamente entre bloques de hielo.
La huella, bien
marcada, nos permite caminar con seguridad, detrás nuestro decenas de
porteadores acarrean el equipo que nos a permitido realizar este magnífico
trekking. La luz empieza a insinuarse, nos vamos acercando al collado y hemos sorteado
alguna gran grieta en nuestro camino. La respiración se va haciendo más
fatigosa. Y finalmente, con el corazón a toda máquina, alcanzamos un lugar
desde donde no podemos seguir subiendo, desde donde vemos la otra vertiente de
la montaña. Estamos en el collado de Gondogoro.
El sol hace brillar la cima del K-2 totalmente despejado, a su lado la
del Broad Peak, de los Gasherbrum, del Mitre Peak, del Masherbrum… una orgía de
montañas que se elevan de entre una red de gigantescos ríos de hielo, glaciares
inmensos que se precipitan de las vertientes rocosas.
¡Esta experiencia merece
ser vivida!
Trekking Baltoro / K-2
Salida: 6 de Agosto
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