El Alto Egipto y la Baja Nubia. Templos, historia y horizontes infinitos con guía arqueólogo (II)

El Templo de Seti I en Abidos

Templo en Abidos, Egipto

La antigua Abedju (en copto Abot) fue el lugar de enterramiento más importante de Egipto a comienzos del Período dinástico (3000 a.C) y ha dejado huellas de asentamiento que se remontan hasta el Período predinástico. Abidos fue el centro religioso de mayor veneración: los 'misterios de Osiris', en los que se reproducían ritualmente la muerte y la resurrección del dios, atraían a peregrinos de todos los rincones del país. Mucha gente venía para participar en las ceremonias de ultratumba, como símbolo de su participación en la resurrección del dios Osiris y de ahí que se convirtiera desde muy pronto en un lugar de peregrinaje muy popular.

Ya en el Imperio Medio los faraones empezaron a construir cenotafios en Abidos, cosa que culminó en la XIX dinasta con los templos de Seti I y de Ramsés II (XIX Dinastía). Empezado por Seti I y acabado por su hijo, Ramsés II este templo (el 'Memnonio' de los griegos) fue construido en caliza blanca de gran calidad y constituye una de las estructuras religiosas más impresionantes de todo Egipto. Tiene planta en L extraordinariamente alta, pero su disposición interior no deja de ser una simple variante de la norma habitual. Tiene dos pilonos (el exterior perdido casi por completo) con dos atríos y pórticos de pilastras, seguidos de dos salas hipóstilas y siete capillas sucesivas. Las siete capillas, que forman de modo exclusivo el sanctasanctórum del templo principal, estaban consagradas (de sur a norte) a Seti I divinizado, Ptah, Ra-Horakhty, Amón, Osiris, Isis y Horus, estando cada una de ellas, decorada con representaciones de los complejos rituales asociados con sus distintas festividades.


Los relieves coloreados en esta zona del templo son del reinado de Seti I y de una calidad soberbia, representando escenas rituales de todo tipo y pueden competir con los mejores de cualquier otro templo egipcio, incluyendo imágenes de Seti I y de distintos dioses, realizando sacrificios y ofrendas a las divinidades. La calidad escultórica está presente tanto en las figuras cuidadosamente modeladas como en los detalles más nimios de los objetos importantes, así como en los jeroglíficos, lo que convierte a los relieves de este templo en los más sobresalientes, constituyendo 'la Capilla Sixtina' del arte escultórico egipcio y por tanto, de obligada visita si uno no quiere perderse una de las mayores joyas artísticas de todo Egipto en sus 3000 largos años de historia.

También es muy importante este templo porque, en uno de sus pasadizos, aparece una de las pocas listas onomásticas de faraones egipcios que se conservan. Empieza con Menes, el fundador del país y concluye con Seti I, pero está elaborada de modo selectivo y omite a faraones indeseables, como los del Período Amarna. Esta lista estaría asociada, al parecer, con el culto real de los antepasados.  


Jose Angel Gutiérrez

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