7 cosas que (quizá) no sabías sobre la Ruta de la Seda

Un mercado en la Ruta de la Seda

No es la primera vez que hablamos en este blog de la Ruta de la Seda y de nuestra experiencia en primer persona en la vía comercial que durante miles de años funcionó entre Asia y Europa. Te sugerimos que leas todos esos posts anteriores (te dejamos los enlaces más abajo), pero hoy queremos animarte a conocer Kirguistán y Uzbekistán con siete curiosidades que a lo mejor no conocías sobre la Ruta de la Seda. ¿Eres uno de nuestros experimentados viajeros y crees que nos olvidamos de algo? Recuerda que estamos encantados de recibir tus sugerencias en los comentarios del blog y en nuestras redes sociales.

1. El origen de su nombre

El término fue acuñado en 1877 por el geógrafo polaco Ferdinand Freiherr von Richthofen en su obra 'Viejas y nuevas aproximaciones a la Ruta de la seda'. Pero en realidad nunca existió una sola ruta,  como cuenta el periodista de viajes y gastronomía José María Lorente, sino "una maraña de senderos y pistas que confluían en lugares estratégicos, en los que florecían ricos mercados". Así, hubo una Ruta de las Esmeraldas, del Oro, del Jade o de las Especias, pero el camino principal finalmente tomó el nombre del producto más prestigioso que se exportaba desde China.


Riqueza cultural en la Ruta de la Seda
2. ¿Cuál era su recorrido?

La Ruta de la Seda comenzaba en la antigua capital del este de China, Chang’an (actualmente Xi’an), y atravesaba países como Kirguistán, Uzbekistán, Afganistán, Irán, Irak o Siria hasta alcanzar el mar Mediterráneo y acabar en la antigua Roma. Por el camino, recorría lugares tan increíbles como  la cordillera del Karakórum (Mongolia), el Paso de Khunjerab (China/Pakistán), Samarcanda (Uzbekistán), Antioquía en Siria, Alejandría (Egipto) o Constantinopla (la moderna Estambul, Turquía). Se dice que incluso llegó más allá, hasta los límites de los reinos hispánicos en el siglo XV y de Eitopía y Somalia, en África.


3. Un primitivo intercambio de culturas

Mucho antes de que existiera siquiera el concepto de mundo globalizado, la Ruta de la Seda fue un canal de intercambio de creencias, técnicas artesanales, uso de nuevos artilugios y hasta de introducción de frutas y verduras como la uva, la alfalfa, la granada o el sésamo, desconocidas hasta entonces en China. El histórico camino contribuyó además a la extensión del budismo por toda Asia, fue utilizado por los monjes y misioneros cristianos nestorianos y terminó bloqueado por la ambición de los comerciantes islámicos.


Una imagen histórica de la Ruta de la Seda
4. Las historias de Marco Polo

Marco Polo no fue el primer viajero en recorrer la Ruta de la Seda, pero, como ocurre en muchas ocasiones, sí fue el primero en describirla con detalle en su libro 'Il Milione' ('El millón'), más conocido como 'Los viajes de Marco Polo' o 'Libro de las maravillas'. El mercader veneciano (1254-1324) se embarcó en un viaje con destino a China cuando sólo tenía 17 años y, dicen que gracias a su extraordinaria memoria, narró todas sus aventura muchos años después, a su regreso. Cuentan que durante mucho tiempo se dudó de la veracidad de sus historias, pero que en su lecho de muerte aseguró: "Ni siquiera he contado la mitad de todo lo que he visto".


5. Una camino plagado de peligros

Recorrer la Ruta de la Seda no era una misión fácil. A la amenaza de los ladrones y asesinos que asaltaban a las caravanas para hacerse con sus preciadas mercancías se sumaban las duras condiciones del terreno. El camino transcurría en un 80% por un paisaje de hielo, nieve y glaciares, sin árboles, y existían además numerosos desfiladeros y glaciares por los que en ocasiones se despeñaban los camellos con su carga o con los víveres. Este paisaje inhóspito obligaba a los comerciantes a aprovisionarse de todo lo necesario para sobrevivir durante un mes cada vez que llegaban a un pueblo.

Tratamiento de telas en la Ruta de la Seda


6. El secreto mejor guardado

China intentó guardar el secreto de la elaboración del tejido de seda, material que los romanos creían que salía de una especie de árbol de lana, para mantener su monopolio durante 3.000 años. Incluso se promulgó un decreto imperial que castigaba con la pena de muerte "a quien divulgara, fuera del Imperio, los secretos de obtención y fabricación de las preciadas tela", según narra el historiador Esteban Llagostera Cuenca. El prestigioso egiptólogo recuerda además que algunos de los mercaderes de la Ruta de la Seda fueron nombrados embajadores del Emperador de China en los países que atravesabael camino y que en la antigua Roma se llegó a pensar que eran seres que vivían 200 o 300 años.


Paisaje cerca del Lago Issyk-kul
7. Tú también puedes recorrer la Ruta de la Seda

Porque insistimos en que preferimos que lo veas y seas tú quién nos ofrezca una lista de lugares imprescindibles o de experiencias que no habías vivido antes. Porque hay lugares en los que la historia y la naturaleza fluyen unidas para recordarnos que no somos los primeros viajeros ni los más experimentados. Porque te esperan las ciudades monumentales de Samarkanda, Khiva y Bukhara, los paisajes del lago Issyk Kul o el campamento de yurtas a orillas del lago Son Kul. Por todo eso, tenemos un viaje especialmente diseñado para ti.

Viaje a Uzbekistán y Kirguistán. La Ruta de la Seda y montes Tien Shan

* Duración: 18 días
* Salidas 2018: 1, 15 y 29 de julio; 5 y 12 de agosto; 2 de septiembre
* Precio: desde 2.200€ + tasas



Aprende más sobre la Ruta de la Seda en nuestro blog:

○ Un viaje a la Ruta de la Seda (leer)
○ Uzbekistán, Kirguistán y China. La Ruta de la Seda (leer)
○ Uzabekistán y los tesoros de Tamerlane (leer)

Comentarios

Entradas populares